domingo, 30 de enero de 2011

LE MUESTRO LA LENGUA...

Para el mes de mayo, mi amiga indocente Montse Gómez ha organizado unas lecturas en la Casa de la Cultura de Barbate (Cádiz), localidad en la que trabaja en un instituto. Y a quienes participamos nos ha pedido que digamos a quiénes le enseñaríamos la lengua, esa lengua que nos representa...

Y aquí está, aquí está...

Le muestro educadamente la lengua, una espectacular lengua roja, a los espantapájaros de la vida, que ahuyentan a las aves sensibles, en lugar de ser espantalimañas de la hipocresía. Dejad que vuelen hacia mí las gaviotas de alas extendidas, atravesando contracorriente el frío invernal y que se posen en mí y me abracen.

Le enseño descaradamente la lengua a quienes ocultan algo en su mirada esquiva, a los ojos tristes de pensamiento, a quienes siempre dudan, a los pesimistas por naturaleza, que no creen en nada, a los apáticos, irreverentes, irrespetuosos, impresentables, maleducados, exhibicionistas del poder, a los creídos y a los viejos prematuros.


Mas no, no le saco la lengua a las guerras, hoy no. No. Hoy quiero mostrársela a quienes no hacen nada por acabar con ellas, estando en sus manos hacerlo. Y a quienes la fomentan y alaban…


A la intransigencia de las almas, a los sueños, bellos sueños que fracasan, a la rutina de la vida o a la vida rutinaria, y a sus esclavos que perecen por serlo, cada día un poco más.


A las preguntas con segundas intenciones y a las respuestas irónicas que pretenden reírse del interlocutor y a quienes se mofan de los demás porque no tienen de qué reírse.


A quienes no sienten ni padecen, porque son seres insensibles, artificiales, sin argumentos. A los cobardes de espíritu… que no reconocen la valentía que poseen en sus manos. Y a los que se compadecen de sí mismos sin encontrar un argumento para vivir.


A los que no educan con el ejemplo y pretenden educar en el desacierto diario de la vida, de su vida, de esa vida que es angosta y oscura, taciturna.


Y a las lenguas viperinas, que sólo buscan el mal de los demás. Andan a la caza de sus víctimas en la oscuridad de la noche, en el desaliento... Retuercen sus presas hasta dejarlas exhaustas y obtener de ellas toda su esencia de persona.


Y la lengua ya reseca, ya sin saliva, sin descanso al mundo a porfía. Pero no he de callar, por más que con el dedo Quevedo silencio avise o amenace miedo…


¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?

¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

domingo, 23 de enero de 2011

RECURSOS PARA EL DIA DE LA PAZ EN EL BLOG DE MONTSE GÓMEZ

El día 30 de enero se celebra el día de la Paz, conmemorando, a su vez, la muerte de Gandhi, en 1948.
El blog de Montse Gómez nos presenta una batería de recursos, vídeos, textos... muy interesantes para reflexionar sobre este día. Podéis verlo en:

sábado, 15 de enero de 2011

¡ESTOY EN LA MITAD DE MI VIDA!

A mí no me ha preocupado nunca la edad. Para mí, aún no es un problema, nunca lo ha sido, y aún no lo es. No sé si diré lo mismo dentro de una década. Yo siempre lo achaco a mi profesión, el estar en continua relación con niños pequeños.

Ya tengo cincuenta años (bueno, los cumplí el verano pasado), pero hasta ahora no había sido consciente de ello. Siempre me he sentido joven, me siento como si tuviera treinta y cinco.

Nunca había sido consciente de mis cincuenta años… hasta que comprobé que antes me llevaba con los compañeros diez o quince años… Sin embargo, ahora a algunas maestras les supero en cerca de treinta años. ¡Treinta años!

Pero, a pesar de todo lo llevo bien. Antes empero, tener diez lustros significaba algo así como “recógete que nos vamos”, no había mucho más que esperar a envejecer.

Ahora, en cambio, tener cinco décadas a las espaldas (y al pecho), aunque sólo tenga una espalda que pueda servir para dar el espaldarazo, es un signo inequívoco de madurez. Me siento bien, muy bien, “cuatro achaques de nada”, pero no tienen mayor importancia… ¡Me quedan muchos años para tener dolencias! ¡Todas fueran así!

Quienes me conocen, sabrán que desde hace una década, año tras año (y lo sigo diciendo), optimista yo donde los haya, siempre vengo a sentenciar: Estoy en la mitad de mi vida.

¡Y quiero seguir gritándolo a los cuatro o dieciséis vientos! ¡Que todo infinito me espera tras el horizonte de la esperanza! Amén.

miércoles, 5 de enero de 2011

DÍA DE REYES

Con la expectación de unos ojos abiertos, bien abiertos, chinos, más chinos que nunca, mi hija ha despertado hoy… ¡Papi, esta noche…! ¡Esta noche los Reyes…! He soñado con la cabalgata, me dice sonriente.

Y preparamos todo para ir a ver la cabalgata…Papi, vamos a coger una bolsa para los caramelos, que no nos van a caber en los bolsillos.

La mañana avanza tranquilamente. Pero, a partir del almuerzo todo se precipita vertiginosamente. ¡Vamos, rápido, que ya sale la cabalgata! ¿A qué hora sale? Creo que a las cinco (siempre sale a esa hora, no sé ni para qué pregunto), mira el diario. Sí, a las cinco. Y mira por dónde pasa?

Apresuradamente, abrimos la tarde sin más demora.

Hoy, sí, llegó el día. ¡La cabalgata! Nos ponemos aquí mismo.

Ya viene, veo a la policía, las luces, las sirenas… ¡los nervios!

Melchor… ¡tira caramelos!… ¡Aquíiiiiiiiii! Todos a agacharse, de limón, fresa, naranja…

Gaspar… ¡caramelos! ¡Aquíiiiiiii! Ya tengo muchos, papá.

Y ahora viene Baltasar, venga, verás como es quien más tira (no sé por qué será que este último es quien más echa, será mi ancestral impresión)… ¡mira cuántos! Y uno tras otro a coger, a recoger los caramelos… bolsillos llenos, bolsa llena, manos pegajosas… suelo repleto de caramelos rotos y caminar, caminar mientras pisas y pisas y te pegas…de vuelta a casa…

Hay que acostarse temprano, cenar pronto y a la cama. Y no hay sueño que valga, todo se demora. Venga, que a ver si van a venir pronto los Reyes y van a pasar de largo porque aún estás despierta. Que los Reyes te están viendo..., ¡pórtate bien! (no han parado de repetírselo mil y una vez en las últimas semanas).

Y los Reyes esperando, más cansados que nunca a que se haga el silencio en la cama, y se oye algo todavía, un murmullo, me asomo, paso disimuladamente, aún se mueve, todavía parece que no duerme. Venga, mi niña, mi princesita, que si no duermes no van a venir los Reyes… es que…, es que…venga, duérmete, cierra los ojitos y verás como te duermes…

Parece que hay calma ya, creo que se ha rendido al sueño, o el aburrimiento al fin ha podido al nerviosismo.

Y los Reyes preparan las bolsas, un cargamento de bolsas, de regalos, de juguetes, de sorpresas… (cuando era pequeño, lo que más me gustaban eran las sorpresas… pocos regalos me traían de los que pedía… pero toda la ilusión de mis peticiones era superada por las sorpresas… ¡cuánto me atraían! Esas sorpresas que los Reyes se encargaban de buscar y rebuscar entre todo un repertorio de posibilidades).

Y ahora, mi hija, rememorando mis viejas ilusiones… pide, sobre todo y ante todo… ¡Sorpresas! ¡Quiero que los Reyes me traigan sorpresas! Y los Reyes, seguro que buscan y rebuscan entre una espectacular montaña, una maraña de abalorios, juguetes y cachivaches… hasta encontrar las que más puedan gustar y entusiasmar a mi princesita oriental.

Y los Reyes ya preparan todo, en sigilo (bueno, algún que otro ruido se oye en el silencio de los sueños de mi niña)… chiiiii, que se va a despertar… se oye el susurro de no sé qué rey… unas bolsas, algún golpe, algo que se cae… ¡y cómo inflan e inflan los globos! ¡la boca ya les duele! ¡uy, se explota uno! Cierran la puerta del salón, llenan los zapatos de caramelos, ¡ah, los calcetines de la competencia roja… Toman algo, para reponerse… están cansados…

Y depositan y clasifican… ¡encima tienen que calentarse la cabeza repartiendo, ordenando y dando un toque decorativo al salón! ¡Y además… montan las piezas de algún juguete! ¡Cómo se entretienen, cuánta paciencia tienen los Reyes, cuánta ilusión de ver esas caras al amanecer! Ahora esta pieza va ahí, asegura uno de ellos; que no, te equivocas… ¿y estás pegatinas? Espera, espera a que ponga esta pieza que no encaja. ¿Seguro que va ahí? A ver, ¿dónde están las instrucciones? Pero aquí vienen en inglés, en francés, alemán… ¿dónde están en español?, tailandés, rumano, polaco, ¡chino!... ah, por detrás estaban en español. Mira, ¿ves? Este número, aquí, aquí va. Venga, aligera, que después hay que poner las pegatinas…

El tiempo pasa, ¡uf, qué tarde es! Y la magia de los Reyes lo puede todo, que todo surge entre sus dedos con la vida que les da su vida.

Ya parece que todo está listo. Un toque final lo ponen las chocolatinas y chucherías… Reyes y Papá Noel de chocolate, caramelos de mil y una formas y envoltorios… Venga, vamos a descansar, suspiran los Reyes…

Y con la ilusión reforzada descansan, resuellan… suspiran.

De repente… el sueño se interrumpe, suena el teléfono… es mi sobrina, ¿todavía dormidos? ¿Qué hora es? ¿Qué han puesto los Reyes? Todavía duerme, mi niña…

Mas al poco tiempo… ¡Mami, papi! ¡Uy, los Reyes! ¿Habrán venido? El pasillo se hace eterno hasta llegar a nuestro destino… la puerta se abre despacio… el tiempo se hace instantáneo… ¡Uy, cuántas cosas!

Y ya se desata la algarabía. No sabe dónde acudir… Y suena y resuena el teléfono… ¡cuántas cosas! ¿Qué te han puesto? ¡Muchas cosas!

A mi princesita le han dejado muchas cosas, muchas… pero, sobre todo, la ilusión, un año más… la ilusión de una tradición, de un día único, irrepetible… ¡LA ILUSIÓN!

martes, 4 de enero de 2011

AMARGA ES LA VIDA

Amarga es la vida

tras los recuerdos, hijo.

Acuérdate, recuerda

todas las cosas que te escribí.

Piensa en la vida que te acogerá

entre sus delicadas alas,

aunque te sientas perdido

en la niebla de los días.


La vida es bella, mi niño,

y aunque se cubra de polvo

en su pedregoso camino,

acuérdate, recuerda hijo

que tú aprietas un mundo febril.
Lucha, hijo, duerme,
mi niño, duerme ligero…
entre mis brazos… ea, ea, ea.


Y habrá muchos días de gloria
¡para ti, hijo!
Un mundo de mar y arena
donde los peces te recubran de plata
y el sol navegue entre las olas
de la esperanza,
volando gaviotas
en el horizonte de tu futuro.
Un día, hijo,
todo el mar se rendirá
a tus deseos y la vida te amará,
y tu mirada se abrazará al mundo,
y el mundo te responderá
y te amará sin dolor.
Y serás protagonista de tus sueños,
de todo el amor será canto
en el hermoso mundo
que se recreará en ti, por ti, para ti.







sábado, 1 de enero de 2011

FELIZ 2011

Como de costumbre los deseos de paz, amor, salud, etc. etc., reales o no, comprometidos o no... para el próximo año 2011. Optimista que soy, pese a los malos augurios, creo que este año, que acaba de amanecer, será un buen año, porque lo vamos a hacer entre todos y pasaremos por encima de las subidas de la electricidad, gas, etc. porque podemos superar eso y todo lo que nos echen, tenemos la fuerza necesaria para ello... y la ilusión. Con ilusión se puede superar todas las barreras. ¡Adelante!