miércoles, 14 de diciembre de 2022

ANCLADO EN EL OLVIDO…, TAMBIÉN EN NAVIDAD


Cuan rompedor y trágico es el olvido…

No me llames, aun en mi errar,

pues errante quedo entre luces festivas

por los inhóspitos parajes sin destino.

Callejuelas cerradas y ásperas,

de duro adoquinado,

en simples zapatillas,

que me hallan desnudo,

pasos de pústulo rumbo

que me golpean de monotonía,

tan solo adulterada por músicas festivas.

 

Y tú, me encuentras cerrado,

compungido y pobre,

y yo, te tropiezo sin abertura,

sin una mísera apertura

a tu mundo pulcro y festivo.

 

Y me pudro solo.

Solo, solitario, soledad.

Palabras que me llenan de dudas el corazón,

que claman tu atención,

que me mires entre los regalos que portas

para hacerte feliz,

esa felicidad indigna y festiva.

 

Miedo, terror, temor, pavor.

Sentimientos de día tras día,

de noches con noches,

mi calle es mi cárcel,

mi luz es mi sombra,

mi sombra, mi figura,

mientras clamas al cielo

tu figura límpida y festiva.

 

Cárcel, sombra, negrura.

No me llames más,

soledad y olvido…

En el vórtice de mi ansiedad

te lanzo mis lívidas miradas,

te ofrezco mi voz como hermano,

carezco de otra cosa,

solo toma mis manos y mi voz,

y deséame, ¡Feliz Navidad!






domingo, 4 de diciembre de 2022

OTOÑO EN BERLÍN

Otoño en Berlín

tiene luces

que se evaporan del suelo

quemado por la umbría,

recrudeciendo las hojas amarillas.

 

Otoño en Berlín

tiene agua

que el río a su paso mece

en i griega a su antojo,

mimando el arte.

 

Otoño en Berlín

tiene música

en cada acera, cada plaza,

cada voz que asoma a la calle

en un suspiro.

 

Otoño en Berlín

tiene vida

y la da el otoño

desde la cúspide de la torre,

en sus iglesias y catedrales,

y las cúpulas que las protegen.

 

Otoño en Berlín

se estremece de historia

en cada piedra que se enaltece,

que restriega el sudor

entre los tilos de la verdad,

hasta cruzar la gran puerta.

 

Otoño en Berlín

se engrandece,

porque es Berlín con alma,

con todo el alma del muro

y el súbito reloj universal

que la mantiene erguida.

 

Otoño en Berlín

tiene un encuentro,

un encuentro de sentimientos,

edades y culturas,

tiene todo el encuentro

y se maravilla por ello.

 

Otoño en Berlín

se nos acerca sigilosa.

No la despiertes,

que anhela amarse

y que la amen

con sus estrellas de seis puntas

al cielo aletargado.

 

Otoño en Berlín

tiene todo para ser ciudad,

camina sin complejos,

se aviene a la razón,

crece madura,

se sorprende seducida

y te conquista para que la sientas.

 

Otoño en Berlín

tiene todo para ser verdad,

y tus ojos alcanzan

el verdor que necesitan sus calles,

sus plazas latentes,

su vida bulliciosa.

 

Otoño en Berlín

tiene tu esencia vital

cuando paseamos en el enjambre,

cuando navegamos de un trago,

cuando arrancamos una sorpresa

con tus manos abiertas

y un anillo curvando el tiempo

que brinda a década,

cuando las jarras se entrechocan

y la espuma vierte cerveza

a nuestras sensaciones.

 

Otoño en Berlín

tiene todo para ser ciudad,

tiene todo para ser verdad,

tiene todo para ser película de amor…

De nuestras manos luces, agua,

música, vida, historia,

alma, encuentro, sueño,

tu esencia vital…

Tiene todo para ser película de amor…


y solo tú escribes el guión.