Si hay algún juguete con el que más
me divertí de niño fue el camión…
Me llevó a
las estrellas le camion,
amortajado
hasta cada destello
que me
observaba sobre la cabeza.
Les voix
du ciel arrancaron un ooooh,
mientras
que les bleus, blancs y rojos
revoloteaban
sobre los ojos
en joyeuse
emoción.
Dame la
mano, maman.
Mais…,
maman est morte.
Et tout
requiebra el instante,
Aujourd’hui
maman ahí delante
arropada
con el velo de su dios,
con el
odio de su amor.
Mon dieu!
Les cris
devient dolor…
Dame la
mano, maman
¡Dame la
mano!
La main!
La main, s’il vous plait!
Je ne vois
que el blanco…
Maman?
Los gritos
al cielo bleu
me calman,
calman su odio
y mi
esperanza de mort.
Ya no
percibo su olor,
ya no
escucho su canto,
ya no
sostengo mi llanto.
Bajo el
cielo azul,
el rojo de
nuestras heridas
y el velo
blanco…,
Aujourd’hui,
maman est morte.
Et moi aussi.