El atardecer es la poesía del día.
Y nuestro atardecer vence inquinas
Tengámonos los dos
En este mar revuelto de presagios
Tengámonos los dos en sincronía,
Y evitemos que nos abduzca el mal
Pisoteemos la desidia y la enfermedad
Creemos, que tenemos que creer y que crear.
Las miras fueron ampliadas por nuestros ojos
Y ya no nos abrupta el tiempo
Para vigilar nuestras estrellas y lunas
Que todo debe fluir en un destino
Y arder nuestro hogar en único fuego...
Tengámonos los dos en paz y en virtud.
Tengámonos los dos al unísono.
Tengámonos los dos en nuestra poesía,