Negro, tan suave... lo observo detenidamente, lo examino por todos lados y por todas las aristas, exhaustivamente...
¿Para qué sirve esto otro? Voy a probar. Permanece impasible.
¿Y esto?
Nada.
Aquí un agujero, bueno otro pequeño al lado. A ver, a ver ahora. Vibra. ¡Uy, qué gracioso!
Ya están, ya están aquí las lucecitas (me recuerda a la película encuentros en la tercera fase), tan atractivas... y una musiquita...
Toco la pantalla... ¡De todo! Lo miro absorto. ¿Por dónde empiezo...? ¡Tantas teclas! ¡Tantas funciones! ¿Habrá alguien en el mundo que las utilice todas?
Cojo el librito de instrucciones. ¡Odio los libros de instrucciones! Miro el índice. Lo remiro. Agenda, ajustes... Aquí está: reloj.
Cambio la fecha y el calendario.
Ya puedo, ya sé escribir un mensaje.
¿Cómo se hace una llamada? Parece que aquí.
Canto una pequeña batalla, que no la guerra.
¡Tengo un móvil nuevo! ¡Táctil! ¡Al fin lo tengo en las manos!
¡Qué desgracia! ¿Me arrepiento de haber cambiado! ¡Qué lindas e ingeniosas letras!
¡Qué feliz era cuando no tenía móvil! ¿Cómo éramos antes sin tener estos artilugios? ¿No había citas, negocios, encuentros...?
1 comentario:
¿Y una semana sin móvil, sin tele, sin internet, sin avisar a los amigos antes de ir de visita, sin ocio planificado? ¿Una semana de vida sin programar ni "necesarios" contactos? aysss... o un mes... o un año? Hacemos la revolución? ;) Besitos, MON
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