Acabo de leer en facebook una noticia que me ha golpeado el corazón, una verdadera pena.
Nuestro amigo Luciano Albarrán ha tenido que dejar su rinconcito poético, "El Bache del Bohemio":
"Estimados amigos del Bache del Bohemio: El 10 de agosto de 2011 se cumplió un sueño, se inauguraba el establecimiento gaditano, poético y político "El Bache del Bohemio", entre todos habéis hecho de este lugar un rinconcito de utopías y de momentos inolvidables. Alfonso Baro nos compuso una canción maravillosa, Paco Velázquez nos dedicó un poema para no olvidar, Ortiz Ventura nos pintó una acuarela que llevaré donde quiera que vaya, Lucía Albarrán nos deleitó con sus abanicos pintados y el letrero de la pared que tanto éxito tuvo, Raúl Chang nos dejó un hermoso retrato de éste que escribe, Mila Alabarrán contribuyó con un poema que colgaré en mis paredes, Blanca Flores nos dedicó grandes tardes poéticas con esos recitales que supo organizar como nadie. Fermín Aparicio se volcó desde el primer día para que la cultura en el Bache tuviera un sitio especial. La música de la mano de Alejo Martínez que nos invadió de Cuba y de son, la de Alfonso Baro, la de Manu Otero y muchos otros. No quiero olvidarme de las fotos de Paco Roche que adornaron nuestras paredes. La política no faltó, desde mi amigo Rafael Román, pasando por Diego Valderas, Julio Anguita y los maravillosos socialistas de pata negra que organizaron sus encuentros para charlar y echarme el cable. Grandes recuerdos que siempre quedarán en estos poco más de 8 meses de vida que ha tenido el Bache y que por mala suerte o por esta maldita crisis que arrastramos, me ha hecho retirarme de este proyecto tan ensoñador como fantástico. Ahora vendrá otra mano y hará del Bache su rincón particular, a mí, a Luciano Albarrán, me encontraréis donde siempre, donde habite la poesía, una buena conversación y la lucha por la defensa de los derechos de todos. Un abrazo a todos los que vinisteis e hicisteis posible que el Bache, tal como lo creamos, fuera una realidad.."
Y no he podido evitar un...
Noooooooooooooo,
¡Cuánta lástima me ha dado! Siento mucho pesar. De verdad, me ha dolido mucho. Últimamente no he podido ir mucho, pero he vivido allí muchos momentos poéticos, el Bache me transmitía mucho. En Cádiz hacía falta algo así y lo conseguiste, Luciano. Y fue un verdadero placer escribir un poema al Bache, porque me inspiraba, me llegaba al corazón ese lugar tan especial. Y me ha llegado al corazón que te acuerdes de mi modesta aportación a tu rinconcito.
¿Quién me va a preparar ese gin tonic azul con el limoncito, que con tanto cariño me ofrecías.
De verdad, no me esperaba que llegara este día. Vas a dejar un hueco importante que no se podrá llenar hasta que vuelvas a crear algo parecido.
¡Y qué grande ese nombre de tu rinconcito!
¡El Bache del Bohemio!
¡Adiós, hasta siempre!
AHORA CUANDO VENÍA PARA CASA
Entre los retazos de la tarde y la delicada sombra de la noche regresaba a mi huequito en tu espalda cosechadora de quejíos y lamentos y, al rehacer mis pasos ya debilitados, y cruzar el arco de tu cuerpo perfumado de sal, me encontré de repente con ella, liviana, recostada en una esquina, con pantalón corto, y las piernas blancas al infinito, esquiva, allá lejos.
Yo que la observo asiduamente, hoy la he visto más bella que nunca, femenina… Seductora, lucía sus mejores trajes, muy elegante, toda de blanco... con albos tacones altos y un foulard que le cubría todo el cuerpo hasta la sonrisa… y no pude por más que soltar ¡uy, qué bella!
Yo que la observo asiduamente, hoy la he visto más bella que nunca, femenina… Seductora, lucía sus mejores trajes, muy elegante, toda de blanco... con albos tacones altos y un foulard que le cubría todo el cuerpo hasta la sonrisa… y no pude por más que soltar ¡uy, qué bella!
Ella, amante de la noche, me sonrió al instante y, por momentos, se ruborizó, bueno, le saqué un poco los colores pues sus mejillas me devolvieron un vergonzoso ¡ay! muy sorprendida, más que yo, si cabe. Le dije que resplandecía más bella que nunca y que me acompañara en mi cantar.
Ella, confusa, pero decidida al fin, aceptó mi entusiasmada invitación, sonrió y, pausadamente, me devolvió de un guiño mis piropos. Me tomó de la mano, tembloroso yo y casi arrepentido, acariciándome el corazón y se dispuso a caminar junto a mí, por la umbría de la catedral.
Ya buscando su mirada, soñando su boca, de una luz furtiva, me abrió el cielo en un claro. Fue todo locura de amor. Ella no dejaba un instante de mirarme, sentía el hervir de sus ojos seductores, titilante. Yo le devolvía la mirada enamorada... volamos, sentimos... vivimos... mas cuando al fin retorné a mi hogar, ella, entristecida, me dedicó un sentido beso que se estampó en mi abrumada mejilla.
Me despedí de ella, Selena, hasta mañana, despliega tus alas blancas y cubre el cielo de azul y el amanecer de luz, descansa en algún recodo de mi vida, que siempre te he de encontrar.
Ahora, que ella se me ha escapado por la rendija de mi balcón, tenue, sin brillo en el azul, sólo encuentro la nocturnidad bohemia, su belleza febril, su trémula nocturnidad en un rincón del Pópulo, rincón, sí, esquina de mi devenir, en la sombra de la noche, en la sombra nocturna del Bache.
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