"Había poniente. Fresquito. Nos acompañó
durante la caída de la noche en el patio jardín que, amablemente, nos ceden
Nati y Cristóbal de la librería "La luna nueva" de Jerez para crear y
comunicar cada año antes de que la primavera acabe.
Eran las ocho y cincuenta y éramos unos
cuantos. Muchos creando y comunicando, bastantes escuchando. Al final supe que
éramos muchos más porque la atención fue real y la unión la que pretendíamos.
El público se divirtió y sintió. O eso fue lo que nos han trasladado.
Comenzó "El
circo de la palabra".
Después seguimos, algo a trompicones en
los primeros minutos, hasta que se fueron calentando motores y empezó a rodar
el circo con suma facilidad.
Ramón Luque, sacó su león y como buena Fiera de las palabras nos mostró con saña la
responsabilidad inherente al acto de hablar, la necesidad de ser impecables
desde la voz, a través de las consecuencias de lo contrario, lamentables,
dolorosas, las que todos sufrimos y participamos de ellas. Su dramatización me
gustó mucho, si cabe más aún, porque sé que los indocentes no son teatreros y
verlos tan ataviados, entregados y sintiendo su personaje, me inundó de
inevitable ternura y alegría.
"(...)
Vuestra
inocencia
no me da calma,
vuestro futuro
mi gula sacia.
Yo soy la fiera
mirad mis garras
no son de acero
son de palabras.
Pueden rasgar la ternura
el rostro de la inocencia,
pueden provocar dolor
y desnudar a la pena.
Cuando estéis más confiados
puedo lanzar una insidia,
y ya no seréis vosotros,
del odio seréis la víctima.
También os puedo quitar
la calma con un insulto,
y sólo seréis fracaso
ante los ojos del mundo.
(...)"
Ramón Luque
Después Lola
Fontecha y Paco Velázquez, dos de las almas de este proyecto por la ilusión
y participación activa en su desarrollo, nos hicieron entrar en el alambre vestidos
de equilibristas para saltar al vacío en su relación y aún así sostenerse en un
movimiento final de tocar tierra.
"De puntillas sobre el alambre
con
los brazos abiertos buscando el sol,
nuestros
ojos permanecen cerrados
sin
ver final ni comienzo,
teniendo
muy claro en nuestro interior
que
lo excitante está,
en
los minutos que perdura el trayecto.
Red
de nubes tersas
con
la esperanza tendida
aguardando
la ocasión,
del
error que nos lleve hasta ella,
para
llenarnos de besos teñidos de color.
(...)"
Lola Fontecha y Paco Velázquez
La mujer barbuda encarnada magistralmente por el gran
amigo Jorge Garrido de Bornos ( talla 70 de chaqueta de mujer) nos fascinó con
su atuendo y su interpretación del no haberse sentido querida, del llevar
siempre el sino de la frustración amorosa, del temor a que se aprovechasen de
ella y del no encontrar más salida a su libertad que acabar con su vida.
Emocionante. Gracias.
"(...)
Se agotaron los vientos de inútil
esperanza,
se perdieron los rumores de mi
felicidad,
se han cerrado las puertas de mi
alma.
El circo ya es historia, mi pecho ya
no luce
y las canas me pesan bajo el tinte
sacrílego.
Pero no se secará mi cuerpo ante
risotadas
ni carcomida de alcohol mi voluntad.
No pienso a nadie darle pena,
no estoy en un laberinto sin salida.
Sé cuál es el camino de mi
libertad."
Jorge
Garrido
Mon, esta vez, se cubrió de lentejuelas doradas para crear una
trapecista singular, acompañada magistralmente de Marco a la guitarra española y de Pablo y Olga, sus dos
pequeños amigos vestidos de blanco, que se columpiaban en el jardín. Marco, a
ritmo de soleás, soleás por bulerías y bulerías, cambiante como el poema,
consiguió sintonizar con el espíritu de la declamación perfectamente. Y en ese
momento de armonía surgieron entre los versos las emociones que me
empujaron a escribirlo: el deseo de no ser de la materia, el deseo de ser puro
éter, lo inevitable de aferrarse a ella, la inercia... el saber que no
pertenecemos ni nos pertenece nada, y en ese desamparo, el amor absoluto, la
unidad, tú y yo siendo lo mismo, el nada es nuestro porque somos todo. Gracias
infinitas Marco y todos los que allí estabais por dejarme compartir.Os supe yo,
me supe vosotros, durante estos minutos. Ojalá algo de ese inmenso amor final os
haya llegado.
"(...)
nada es mío no quiero emociones verbos pensamientos
BULERÍAS
SORDAS
no estoy aquí muerta mediovida encenizada No quiero
Estoy radiante, voy en volandas,
todo corazón aéreo, libertad vibrante
silencio,
soy tú Mírame soy tú y nosotros,
soy lo que nunca seré y siempre fui,
soy el gozo, soy sol ,
soy danza que te baila, soy milagro,
soy la compasión:
¿te ciego de amor?
No temas, no he muerto
Tus ojos abiertos dan fe de mi eterno balanceo."
Mon
El domador
de palabras, la misma fiera, Ramón Luque, felizmente ataviado (¿de dónde
sacáis estos disfraces tan maravillosos, oye?) nos dio la otra cara de la
moneda de la palabra: la palabra poética, el lirismo que tantas veces deseamos
rescatar de la vida para compartir con vosotros. Ese lirismo que me niego a
creer que esté en crisis, o que sean malos tiempos para él. Tan necesario. Solo
hace falta buscar la manera, el momento, y nos llega, inevitable. Tan
inevitable como que somos él y él forma parte de nuestra humanidad.
"También
puedo hacer con versos
toda
una revolución,
basta
oponer libertad
a
futuro y opresión.
Si
alguien me acerca una estrella
sin
pudor la domaré
y
veréis que la transformo
en el
jardín del edén."
Ramón Luque
Finalmente, de nuevo Paco y Lola (Virtudes y María tuvieron un
problema de última hora, y no pudieron venir), cerraron con todo un despliegue
de disfraces, estrellitas, etc., como los
payasos de toda la vida que
no pueden faltar en el circo donde tampoco faltó desde el maquillaje hasta el
apaño del pantalón de Lola que se rompió a media función.
"Que con el
blanco hago mi cuerpo y mi rostro,
con el arco iris visto
mi albura,
con carmín pinto miles de sonrisas,
reflejadas fluidamente en ti.
con carmín pinto miles de sonrisas,
reflejadas fluidamente en ti.
Con el amarillo
ilumino el día,
tras nariz roja y cara pintada
tras nariz roja y cara pintada
de mil colores sin
pudor,
con manga ancha que no ensancha
y un enorme pantalón,
sacado de un baúl lleno de ilusión…
Tapa abierta, ¡al cielo las estrellas!
con manga ancha que no ensancha
y un enorme pantalón,
sacado de un baúl lleno de ilusión…
Tapa abierta, ¡al cielo las estrellas!
se quedaron allí
metidas en la última función."
Paco,
Lola, Virtu y María
Todos unidos junto con el público
cantamos para terminar " Había una vez un circo" y nos tomamos una
copita a la salud de la vida, comentamos y compartimos hasta que, tras barrer y
recoger comunitariamente, tocó cambiar el cuerpo de sitio y hay quien se fue a
casa, y quien siguió la fiesta.
Ramón se fue corriendo por motivos
personales, Juanjo para trabajar que tenía turno de noche y llegaba tarde, y
Paco, Lola, Jorge y familia y yo terminamos de tertulia donde empezó todo esto:
en el bar de enfrente de mi casa. Recordando, comentando lo que nos había
parecido y sintiendo esta unión, esta grandeza de corazón, debo decirlo, que
nos lleva a seguir aquí , de aquí para allá, pero siempre en torno a la palabra
poética, al compartir, al sentir, al dejarse sentir, al ser, al desnudarse tan
fácil y tan difícil, delante y detrás del escenario. Amigos, gracias, una gran
noche. Así lo sentimos todos al despedirnos.
Gracias a Indocencias, Posteatro, La luna
nueva, Viñi, Marco, Pablo y Olga, La Fundación Caballero Bonald y, gracias
infinitas, a cada uno de vosotros y vosotras que vinisteis a compartirnos y a
compartiros: Álvaro, Lu y Antonio, Mer y Encarna, Charo y David desde Vejer,
Avelino, Begoña, Blanca, Juan Carlos del I.E.S. Seritium, gracias a Paco y
Nora, gracias Mari Carmen, gracias Gema, gracias a los que ya vinisteis el año
pasado, gracias a todos y todas, porque aunque no recuerdo los nombres me
quedan las caras en este recuerdo de vida.
A todos los que por un motivo u otro no
estabais, sabéis que aunque no físicamente siempre nos acompañáis."
3 comentarios:
Disfruté muchísimo, gracias indocentes por vuestra indecencia al incluirme entre vosotros... miles de besos, estrellitas incluidas.
Besines a todos... repetible e irrepetible ;)
Chulísimo. Saludos,
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