Todo tiene caducidad,
menos tus prisas por hablar,
tus gritos y niñerías de la edad.
Todo tiene ardor,
menos tus pestañas hipócritas.
Todo tiene semblanza,
excepto los gritos silenciados,
las voces del pasado,
las nubes de la senectud.
Todo tiene carencias,
menos los golpes de efecto
y los efectos de los golpes.
Todo tiene impericia,
excepto la luna en tus ojos
y la yema de tus dedos.
4 comentarios:
Me perdí entre versos y sigo sin encontrarme
Qué bonitooooo!!!!
Gracias, Rosario, me alegro que te guste.
Que sí, Lola, que sí, nos perdemos en la balaustrada de los sueños y los ensueños.
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