Con los
brazos libres y abiertos
tomaré con
fuerza el día.
Con los ojos
claros y sinceros,
gobernaré mi
velero.
Con las
manos firmes,
lucharé contra
la tormenta
en dura
porfía,
superando
las afrentas
con todas
energías.
Con mi
entregado cuerpo
desharé cualquier
entuerto,
presentaré
antes de irme
mis nítidos
aparejos
en busca de
una meta,
asombrando
al viento.
Con mis pies
desnudos
y mi alma
libre,
entregaré
cuanto siento
a los
corazones rudos.
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