Si encuentra el
perdón en sus labios,
mientras sostiene la
ira…
Con una mano calme
su ímpetu de venganza
y enojo.
Retuerza el corazón
para escuchar su voz,
sintiendo la lástima
del alma y los
despojos.
Hállase perdonado a su mirada,
con una palmada en la
espalda
y la otra alzando el
índice
al cielo cubierto y gris.
Hálleme a mí,
venganza y rabia,
pero en mis ojos…, el perdón.
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