Que otoño reviertes en mí,
desbrozando manojos de sentimientos.
Desnudo otoño de almas desnudas,
cubierta tu esencia de tierra,
cubiertas mis pupilas de tu ocre,
cubiertas que añoras la añoranza.
Besar tu suelo con mi calavera de
hojarasca,
elevarme al olor a agua
envalentonada…
que calla y fluye delicadamente,
que clama y ruge con su canto,
que atosiga,
que apacigua,
que fluye, ruge, clama y calla…
en un susurro delicioso,
en un murmullo celestial…
Ya amamanta a la tierra,
ya seduce a la vida,
ya enternece los días,
porque yo, errante,
te persigo a cada instante,
porque yo, errante,
sumo, lleno, tomo, vivo.
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