El pasado viernes, dentro del FESTIVAL PIEL DE ATÚN, la TERTULIA PUERTA ABIERTA A LA IMAGINACIÓN junto con POETAS DE AHORA realizamos una ruta marino-poética por La Caleta, en la que recitamos poemas en defensa del mar y en contra de la contaminación, por diferentes rincones de la playa, desde el castillo de Santa Catalina.
Recité un poema en la orilla y otro junto al busto dedicado a Paco Alba:
BESÁNDOME LOS DEDOS
Besándome
los dedos,
lentamente, despacio,
uno a uno en
resurgir,
cultivando
cosquillas
de ósculas
caricias,
de níveos
encantos,
arrullados y
aclamados
por tu
espumosa sonrisa,
por tu
delicada fragancia
que
latentemente en mi sino
absorbo
entre perfumes salinos…
Y me rindes
pleitesía,
me clamas
sin aspavientos,
arrodillándote
ante mí,
yo dejándome
hipnotizar,
yo dejándome
ser,
tú, sumisa
ardiente…
Ah, suave
verdor,
suave
frescor que me alivia,
suave fragancia,
besos de
sal,
besos de
mar,
ay, mar,
mar, la mar…
Sobre la
arena yo,
tú verdeando
mis contornos
sorbiendo
mis dedos,
besándome,
besándome,
ay, mar,
mar, la mar.
PIEL DE ATÚN
Piel de atún.
Piel de mar.
Luna de azahar,
espuma de tu boca
resurgiendo vida en mil mares,
los gloriosos avatares
que te hacen divinidad.
Piel de atún.
Piel de mar.
De arena y amor a sal
me regalas longevidad.
Ir y venir de nieves,
mi sustento, mi aire, mi hogar
mi sustento, mi aire, mi hogar
Te acercas, vas y vienes.
Piel de atún
Piel de mar
mi fiel alimento.
Las olas sortean
el vuelo de las gaviotas
mientras el faro desangra luz.
Mar de vida.
Olas de azahar,
de arena y amor a sal.
Por su parte, Lola leyó un texto de Quiñones y un poema suyo:
He pintado de azul la existencia,
tu mirada palpita en mis versos
y la luz del sol vomitaba vida a su paso.
Auné esfuerzos en locura incierta.
Hoy tu voz no existe,
hoy la amalgama que te cubre
se hizo eco del espanto.
Hoy tu existencia se abisma
en futuro incierto.
Mueren océanos envueltos en celofán.
Tus alas quebradas
hacen nudo a la objetividad
borrando referencia del deber cumplido.
El mar no existe,
el negro tragó infinito mis esencias.
Han pasado página a tu nombre
y las montañas pisaron destino.
Te miro, y ya no pintas de azul mis sueños,
la ignominia simpatizó con el absurdo
borrando principios,
convirtiéndolos en finales no escritos.
Anochece de nuevo,
los grises se hacen acopio de mis ojos,
ya nada te devolverá la vida,
ella aborreció palabrería escita en papel mojado,
trajeada del interés creado en tu muerte anunciada.
Las cuerdas de la voz,
estrangularon pensamientos nobles
cuando llamó a la puerta la desidia.
Ya no quisiste vomitar más plástico,
lo dejaste dentro en el momento preciso,
aquel en el que estalló el invento de soledad inquieta.
La hiena se mantenía al acecho,
en puesta de sol ácida de lamento.
Esa mañana en el periódico podía leerse:
Ya no hay peligro,
no sigas protegiendo tus mares y océanos,
ellos se apearon del presenta abortado
entre lágrimas de cocodrilo.
Ya no quedan páginas en el libro.
Descanse en paz, la naturaleza no te meterá en el
cajón del olvido…
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