Ahora que ya están próximos los sesenta años. Aquellos y aquellas que nacimos en los sesenta, curiosamente, ahora que parece que todo se pierde, quiero comentaros que no, que no se va a perder todo lo que hemos conseguido. Todas esas luchas obreras, todas esas luchas políticas, esas luchas culturales…
No, no lo vamos a
perder ahora que llegamos a los sesenta años, no vamos a perder todos aquellos
logros políticos, obreros, culturales, deportivos, humanos…
Hace unos días,
hablando con un compañero, que es de mi quinta, incluso nacimos en el mismo
mes, y posiblemente nos jubilemos al mismo tiempo, hablamos de la “suerte” que
hemos tenido o que quizás hemos sabido hacerlo entre todos, de haber nacido en
los sesenta, suerte de haber vivido en los años ochenta.
Y aunque el sentimiento andaluz, Andalucía, parece estancado, mi sentimiento andaluz, de pertenecer a una España, a una Europa dentro del mundo, eso, nadie podrá quitármelo… Ese camino de Andalucía y de España en Europa, en el mundo.
Por eso conmino a
los ochenteros, nacidos en los sesenta, que hemos vivido tantos grandes
cambios, tantas grandes luchas, a todos y todas quienes hemos vivido tantos
cambios en los ochenta, a decir a nuestra juventud, que no se dejen engañar,
por esas pocas luces de algunos, y luchen por esa humanidad que tanto hemos
desarrollado, para ser más humanos que nunca.
La poesía es un
arma cargada de futuro, y hay tantos ochenteros que han visto en la poesía esa
arma, cargada de futuro…
Vivimos el desarrollo del rock andaluz, que unido al desarrollo del nacionalismo fue una auténtica maravilla… Ochenteros, nacidos en los sesenta…, fuimos los primeros que votamos, con dieciocho años, la nueva constitución, la democracia…
Y poco a poco nos
hemos ido quitando esos complejos que teníamos de pequeños, porque hemos sabido
quitarnos esa capa, que nos impedía desarrollarnos, que ahora los andaluces,
españoles, europeos, somos gente democrática, que sabe vivir, que es solidaria,
aunque a veces parezca que no… Sí, somos más solidarios que nunca, somos más
humanos que nunca, aunque ciertas personas quieran hacernos creer que no.
En música hemos
vivido grandes inicios de grandes grupos de rock, españoles y mundiales, y el
estallido de los grandes cantautores. En televisión, que vivimos una época en blanco
y negro y nos fuimos poco a poco adentrando en el color, la libertad de
canales, cuando antes solo teníamos la Primera y la Segunda, estatales… Y hemos
conocido la televisión privada, con lo que llevó al cambio de la información y
los programas. De pequeños solo había televisión a determinadas horas, y ahora
parece increíble. Nuestros hijos y nietos pueden ver la televisión a cualquier
hora. Antes llegaba las 12 de la noche y la televisión se cortaba hasta por la
mañana.
Y ciertas
personas, ciertos intereses parecen que nos ponen trabas, parece que nos ponen
vendajes delante de los ojos, para hacernos creer que somos más inhumanos que
nunca, pero no, somos una generación muy humana, que hemos sabido ver lo mejor
del ser humano, en el mundo.
El foso tercermundista
de la dictadura que superamos, con un desarrollo cultural, desarrollo de la
informática, de la robótica, de la era espacial, a partir de la llegada a la
luna… (hasta tenemos un astronauta español). En cuanto a la economía hemos
conocido la peseta, y hemos conocido el cambio al euro, la entrada en Europa.
En política hemos conocido el cambio de una dictadura a una democracia, una
transición… El desarrollo del nacionalismo andaluz, aunque ahora está en época
de horas bajas… En deporte, gracias a las olimpiadas y al mundial, España gana
bastantes medallas, que antes apenas si ganábamos alguna… con algún deportista
aislado, como Fernández Ochoa en esquí, o en tenis Santana…, pero ahora tenemos
a muchos y muchas tenistas, tenemos
bastantes medallas en las olimpiadas, aunque todavía son pocas… Y en fútbol nos
codeamos con los mejores…, hasta ganamos un mundial, nuestros hijos y nietos no
han conocido a esa España, a esa selección española que nada más que quedar en
cuartos de final o semifinal, en un mundial o en una Eurocopa, era todo un
éxito, y actualmente si no llegamos a las fases finales de los mundiales o
Eurocopa es un fracaso, porque estamos, afortunadamente, bien acostumbrados a
ganar, nos codeamos con las mejores selecciones… Hemos vivido un cambio en la
educación, de una antigua ley educativa a la EGB, que dio pie a otras leyes
educativas… En economía estamos ahí, entre las grandes economías del mundo…
En música vivimos
la época de los LP y de los casetes, con los tocadiscos y los radiocasetes. Yo,
personalmente, fui un fan de los casetes, que a veces se enganchaban en los
cabezales y teníamos que rebobinar con los bolígrafos BIC. ¡Ay, esos bolígrafos
BIC, naranja y cristal! Tenía, puf, una gran cantidad de casetes que, con la
llegada del CD, regalé… Y ahora me ha dado por comprar la discografía entera de
Pink Floyd. Yo que tenía en casete algunos de sus discos, como “El muro”, que
tanto me impactó, ahora, gracias al periódico El País, los he ido comprando,
parsimoniosamente, semana a semana.
Pero no me siento
mayor, no me siento viejo, solo por algunos aspectos corporales al espejo o de
actividad física, de resistencia… Pero me siento cuarentón, no sesentón. Sin
embargo, hoy 12 de diciembre de 2019, cuando subía a mi casa, había una reunión
de comunidad de los propietarios de los pisos, tuve que pasar por el medio, en
ese momento se fue la luz. Uno que estaba allí la encendió y me dijo… “Tenga
usted cuidado” (y ese hecho me ha hecho sentir mayor, puf).
Este año 2020 me
he puesto por Reyes un acuario. Yo siempre digo que los mejores regalos son
siempre los que uno se pone a sí mismo, siempre acierta. Pues hoy ocho de
febrero me he dado cuenta de que quizás mi existencia sea inferior a la de ese
acuario del que estoy tan orgulloso… Quizás yo me muera antes que él. Es así,
así de real. Porque mi anterior acuario ha durado más de veinte años.
También hoy he
estado pensando en mis mil nombres, en mis mil personas que he sido y soy. A
saber:
- Paquito
- Mi hijo Paquito
- Mi hijo Paco
- Mi niño
- Papá
- Papaíto
- Mi padre
- Mi pare
- Mi hermano Paco
- Mi marido Paco
- El maestro Paco
- El padre de
Fernando
- El padre de Rosa
- El hijo de
Antonio
- El hijo del Nono
- Mi ex
- Mi exmarido
- Mi excuñado
- El maestro Paco
- El maestro de mi hij@
- El profe Paco
- El profesor de mi
hij@
- Mi Paco
- Mi pareja
- La pareja de Lola
- La pareja de mi
madre
- El poeta Paco
Velázquez
- Mi vecino Paco
- Mi amigo Paco
- Mi compi Paco
- Mi compañero Paco
- El socio Paco
Velázquez
- Mi cliente Paco
Velázquez
- Francisco
Velázquez Barroso
- El presidente
Francisco Velázquez Barroso
- El presidente
Paco Velázquez
- O simplemente
Paco o Paco Velázquez
Y habrá más, que
ahora no recuerde… Y mi dilema es si conservaré MI SER en cada una de esas
personas, en cada una de esas formas de nombrarme o tendré mil personalidades.
¿Son distintas perspectivas de un mismo ser? ¿O son distintas formas de
nombrarme? ¿Son sinónimas todas o tienen matices que me hacen ser un mismo ser
con diferentes formas de nombrarme? ¿Es una relación de identidad o de semejanza?
¿Tendré significaciones similares o idénticas para las diferentes personas que
me conoce y me nombra? ¿Es una sinonimia parcial o total?
¿Estos términos
que me identifican en diferentes contextos son intercambiables? Naturalmente,
como nombres no, pero… ¿y como persona?
Una sinonimia
conceptual es la ideal y es la que debe ser, sin embargo a diario los
diferentes términos con los que se me nombra son sinónimos referenciales o
contextuales… Incluso podemos hablar de
una sinonimia de connotación.
Y llegó el mes de
marzo. Casi 60 y confinados cerca de un mes llevamos ya. Sin salir tantas
semanas y solo, menos mal que me comunico por teléfono y videollamadas. Y
temiendo ser contagiado en algún descuido. Qué cerca los 60 y aún no sé si los
celebraré con normalidad. Espero que sí. Que todo vaya yendo poco a poco a su
cauce y tengamos un verano más o menos normal.
Confinado, sí,
pero qué más puedo pedir… libros, buena música para escuchar, escritura, bici
estática para mantener un poco la actividad y música para crear, con mi
saxofón. Una casita cómoda, radio, tele, acuario y animalillos. Solo faltaría
mi amor. Mi amor. Reírme con ella no solo las veces en que hablamos por
teléfono o por videollamada… Abrazarte, acariciarte, tenerte a mi lado,
sentirte en mí. Y hacer el amor. Solo queda eso, ¿solo? ¡Si es lo más
importante! No, la soledad está bien a ratos, pero no para hacer norma o estilo
de vida. Y me consuela decir…, pronto, pronto.
Llegado el verano
y sigue la pandemia. Verano sin poder viajar, ¡con lo que nos gusta! Pero
bueno, verano de campo y piscina. Y calor, mucha calor. Me queda menos de un
mes para los 60. Los celebraré el día 8, para que puedan estar también mi hija
y mi hijo. Estamos en Jaén. Y el 19 lo celebraré con Lola, una cena especial en
El Faro que me regalaron los padres y madres de mi clase.
Unas arrugas bajo
el ojo izquierdo me han hecho saltar las alarmas de la edad. Sí, hace unos días
las descubrí. Pero bueno, ¡me tienen que salir tantas! Mis manos, que nunca han
tenido apariencia de trabajador del campo, amanecen poco a poco más añejas,
pero siguen acariciando, siguen masajeando, siguen escribiendo, siguen tocando
el saxofón, siguen señalando, siguen saludando, siguen abrazando, siguen
mostrando amistad…
Hoy, hoy ha
llegado la fecha señalada. Seis décadas vividas, 720 meses, 21.900 días… Y bien
disfrutados. Bien vividos. ¡Y los que me quedan! Cuando cumplí los 50 años dije
que estaba en la mitad de mi vida. No puedo ahora decir que hoy esté en la
mitad de mi vida, pero, ¡quién sabe!
Y voy a seguir
VIVIENDO, con mayúsculas. Eso sí, con vuestros quereles.
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