Tu voz límpida entona
todos los registros innatos.
Tu voz gozosa se inspira
en el amor y mira
crece alba y siente
como el mar entre las nubes,
como la grama sube
entre las orillas del verdor,
como la lluvia primera
en su tierra de acogida.
Tu voz pausada se desliza
entre las estrellas en una brisa
que reluce con serenidad.
Tu voz adula y resplandece
en un día nublado y lo mece.
Tu voz se queja de los silencios
en la inquietud del vibrato.
Tu voz virgen e impoluta
rebasa los límites áureos,
porque no tiene frontera ni ruta.
Tu voz genera ideas esenciales
entonadas que eternizan.
Tu voz principia y finaliza,
sin ambages, sin fisuras,
sin ninguna holgura,
reluciente y cadente.
Tu voz destila deidades
Infinitesimales y locuaces,
es la cúspide de la beldad,
el bello jade que me inocula
la sílfide teatral de la verdad.
Tu voz no levanta ampollas
porque va y no regresa,
adelanta y no recula.
Entre sus olas se engrandece,
en sí misma rejuvenece.
Tu voz pretende y observa,
consigue y sintetiza
y de metáforas poetiza.
Porque cautiva los placeres
y no es cautiva del olvido.
Tu voz toma parte y prende,
toma todo, sin dejar fracción.
Tu voz participa en mi vida,
es participio y gerundio,
satisface las soledades,
acompañando sus tristezas,
alegrando sin vicisitudes.