Te esperaré junto al árbol del amor,
resurgiendo de la luz viva y mi voz,
chapoteando en los cristalinos
surtidores,
de límpidos murmullos hipnotizadores.
Y te regresaré entre inverosímiles sonrojos,
de aves y corales entre los matojos
ensortijando el reverdecer,
brindando al sol por el amanecer.
Y te descubriré agazapada en mi
rincón,
como oleadas de primaveral esplendor,
entre la infantil algarabía,
entre los balsámicos azahares del día.
Porque el vientre del verde que nos
ve
muestra los versos más humanos en la
sed,
los idílicos partos más naturales,
de colores los más bellos recitales.
Te encontraré mimetizada entre las
flores,
insuflándome vida y fe entre loores,
mas seré agonista de mil batallas,
oh, tú, sabia y luchadora,
voz inmensa, tenaz y amadora,
pues entre tú y yo nadie me acalla.
Te hallaré entre susurros escondida
haciéndome humano a la luna del amor,
blandiendo espadas con mi voz,
ya retozando en la vida
ante la infantil algarabía,
Oh, tú, tú, tú…, Poesía.
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