La hiena
fluye en tu mirada delirante
como toscos
destinos de alimañas.
Versos que
detienen por instantes la jauría
de lívidos arcángeles
incorruptos,
en una sedienta
bóveda de apatía.
Y la soledad
del áureo paseo me atraviesa
Oh voz
etérea e informe
que tropieza
creando dobleces
y alimenta
simplicidades de ayer y hoy,
colma de
locura mi sarmiento
y mis ansias
de tenebrosidad,
que ya
volatiliza mis desatinos
y deidades
de bajo coste.
Perpetra
adormecida ligereza
y verifica
la soledad del universo
en el candor
amable del día.
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