En la jornada 101 de la Tertulia Puerta Abierta a la Imaginación, del pasado 19 de enero, leí este poema mío.
Como de la
noche a la mañana
sentí tus
manos perfilándome abiertamente
en cada
hueco del alba crujiente,
en cada
rincón del atardecer ileso.
Porque entre
mis luces y sombras,
con la luz
del alma ambiciono tus besos,
te devoro en
cada hueco de mi alma ingente.
Y mi memoria
te busca errante
en las
primaveras y otoños de regresos,
desnudándote
en veranos de paraísos
acunándote
en inviernos de amante.
Sueño
contigo mientras tu calor embeleso,
me calma entre
sutiles palabras al oído,
que me
susurran entre mis manos arracimarte,
que la
negrura de las sombras queden oscurecidas
por la luz
eterna y cegadora de tu mirada al instante.
Como un ave
hasta tu nido quiero volar,
etéreo
surtidor de rítmicas estrellas,
y las
álgidas sombras hasta limpiar
que mi
atardecer sereno desvela.
Quiero
sentir tu calor en mis mejillas,
que tu
bravura en mis decisiones brilla,
y tu viveza
en mi mirada sella.
Porque entre
mis luces y sombras
con la luz
del alma ambiciono tus besos,
en cada
hueco de mi alma te devoro ileso.
Te ansío en
la naturaleza con sus vientos,
que
regocijan mi corazón pleno
entre las
gotas de rocío incierto
y las
abruptas nubes de invierno
con sus
voluptuosas ubres silentes.
que me colman
de sentimientos,
y alimentan
mi espíritu abierto.
Como de la
noche a la mañana
mis párpados
entonan alegría
para aliviar
mi esencia día a día.
Como de la
noche a la mañana
siento atravesarme
la esperanza
de parte a
parte en sus alabanzas.
Como de la
noche a la mañana… La vida.
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