Te esperaré en la oscura loma
donde nuestros sueños se balancean,
cuando la nieve de la luna
nos alumbre y nos acoja,
entre las amapolas de nuestras almas,
abrazados al ímpetu de la noche,
entre el tomillo que nos apacienta,
con la tenue fragancia del amor,
bajo los olivares de ensueño y paz.
Y esperaremos juntos al sol, a otra
luna
y el gélido viento con su fulgor
se deshará con nuestro calor,
que las ramas de tus olivos
se mezan con mi brisa marina,
y el susurro de nuestros párpados
cerrados
hechicen la noche profunda.
Que tus besos me llenen de epítetos
la boca,
y me insuflen del calor ígneo y
volcánico,
de las noches de pasión e
iridiscencia.
Te esperaré en la oscura loma
entre nuestros sueños nebulares,
cuando la luna eternice nuestra
estancia
en el universo corpuscular,
cuando ya se haya escrito nuestra
historia
en las páginas amarillas de la
existencia.
Te esperaré en la oscura loma,
con mi alma colmada y expedita.
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