mi niño estaba,
enredado en su telaraña
de plata clara.
Tumbadito, acurrucadito en la distancia
con sus sueños en una maraña…
Sueños inocentes de voz apagada,
tan indefenso desde la alborada
de inocente y cándido canto,
en su paz infantil en un universo febril.
Descansa, mi niño,
descansa al aire de magia
en tu juego liviano
que pronto vas a saltar
entre los arpegios del día…
Quiero escuchar tu carcajada de luz,
ríe, ríete mi niño,
sueña con tu risa
en tu cara de felicidad,
sonríeme, sonríeme,
ilusiónate de nuevo
entre los pensamientos
que de vida te protegen
de las sábanas…
La boca medio abierta, dime.
Dime, dime, sonríe,
con tus dientes que se mecen.
Siente, vive, salta, juega,
grita, vive, ríe.
Respira, vive ilumina
con tu corazón henchido.
3 comentarios:
Un tierno poema, Paco.
Navideños saludos.
Gracias, José Miguel, es mi sobrino, que ha pasado la Navidad en el hospital. Lo ha pasado muy mal, pero afortunadamente, se va recuperando.
Igualmente te deseo unas felices fiestas.
No he podido terminar de leer el poema a la primera... uff. Sin palabras
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