A mi padre, luchador incansable
Se me escapan los aromas delicados
de la noche templada,
del cielo adormilado,
intempestivo,
y tú me sonríes nerviosa…
inquieta y sola,
en un universo cómplice,
hermosa,
me aprecias,
retenida en lo imposible del futuro.
Suenan las convulsas voces
en un griterío febril,
lejano,
casi inaudible,
imperfección,
impercepción.
Descanso en lo sublime
de lo absurdo,
-para ti-
en un gesto invisible,
solo.
Permanezco solo.
Siento solo.
Amo solo.
Creo solo.
Pienso solo.
Lamento solo.
Aisladamente solo.
Llorando en la ausencia,
en el desvanecimiento de tu presencia.
Y percibo las dudas de la luna
por traerme nuevas ideas
que asoman a mi cabeza de nácar
en un universo estático,
entre las escenas de mi historia,
-mi historia-
las nubes del tiempo,
-tu tiempo-
lo inesperado,
mi imaginación.
Quisiera tener espíritu
para no hallarme
envuelto en ti.
Mas…
Toda tu voz tiene tintes negros
en mi paisaje gris,
de sol triste, de luna azul.
Ya sólo me queda
sentir las voces del tiempo
susurrar los lamentos al oído…
y dormir, dormir, sentir, dormir…
1 comentario:
Hecho el cambio, Paco, y felicitaciones por el nuevo blog.
Saludos pasados por agua.
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