Sube las sombrías persianas,
alza la vista preclara,
otea hacia el horizonte acristalado,
límpialo apaciblemente con
parsimonia.
Saluda al alba por descubrir,
recíbelo de ojos claros y abiertos.
Toma de la esperanza, la ilusión.
Zarandéate las ideas.
Suspira las voces diáfanas…
y sopla…
¡Un nuevo día!
4 comentarios:
Sigue saludando siempre al nuevo dia con toda la ilusión de tu alma. Tu te mereces un nuevo día.
Gracias por esas palabras. Y gritar siempre... ¡un nuevo día!
Todos merecemos un nuevo día, de nosotros depende querer abrir la ventana para recibirlo como merece.
Abrir las ventanas de par en par y dejar que pase el nuevo aire fresco.
Publicar un comentario