Trazos de vida
me estremecen
entre los trozos
deshechos de la melancolía
fría.
Y me destroza
pertrechado de vida inocua
en el día…
extinto,
en el conticinio
errante y abrupto
de la noche exánime.
Expiro.
Agonizo tus manos
que me acarician los sueños.
Propongo,
dispongo,
atrapadamente colmado
de oscuridad inane.
Egoísta,
trasciendo profano,
inanimado.
Detengo,
prevengo,
en la oquedad
del desvarío.
Cierro los ojos…
desterrado del día
caótico
y la noche altiva,
silencio y agnosia.
1 comentario:
Y me falta el aliento
al sentirte en mi cuello.
Revierto a mi niñez
jugando,
riendo,
saltando.
Comiendo el bocadillo de la vida,
reportando ambigüedades,
repartiendo fantasías.
Suspiro,
te miro a los ojos
y te digo...,
sí, ahora es el momento.
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