Mi ilusa mirada no
rehúyas,
ni mis manos
inquisidoras,
estáticas, pidiéndote
más ayuda.
Miénteme si quieres con
tu faz delatora,
miénteme si te
entusiasma mentirme a deshora.
y niégame con tu
aterciopelada voz.
Retuérceme el blando
corazón,
golpéame la garganta
grieta,
redúceme la mente
prieta…
Y vete, vete,
aléjate, lejos de mi fin,
y no me hagas mentir.
Dibujo de Jap Peralta
1 comentario:
Ciertamente esta en esta vida se cuentan demasiadas mentiras.Me gusta tu poema
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