Que me mires con tus ojos olivos
me principa y festiva el día,
me endulzan y acarician,
¡bendita música vital!
Estremece mis lagrimales
en una llovizna temblorosa
y caudalosa ventisca
de tus pestañas que me besan
en veladores acogedores,
caracoleando inocentemente
como un recién nacido,
meciéndose como flores silvestres,
en enamorado vaivén,
sobre el prado de tu frente,
acomodándose al azar
entre los párpados bíblicos.
Que me mires con las lunas
serperteando como
carnaval de ensueño,
delicado abrazo a su sombra
se despliegan ya tu sol
en un sublime hechizo
aleteando mis sueños,
como un cantar juglaresco
abriendo perlas de la mañana,
rubí en porciones
entonando pertinaces melodías,
ayer y hoy de mis amaneceres
en el jade de la noche,
resplandeciente,
como un traje de luces,
que me hacen quererte,
como la enhiesta Torre Eiffel
despierta sobre el Sena
en sinfonía de violines,
en primavera de Vivaldi,
deslizando mis dedos
sobre el arpa de tus pestañas,
descubriendo un enjambre
hipnotizador,
sal gema de esmeraldas cíclicas.
Que me mires tus ojos pantocrátor
de mi religión,
locura virginal del día.
1 comentario:
Te seguiré mirando toda la vida mi amor. Te quiero
Publicar un comentario