Señálame con
el dedo.
Grítame al
oído,
golpéame con
tus ideas,
júzgame, si
al final
tú eres la
voz.
Solápame con
tu orgullo
que ya no
encuentro el mío.
Despójame de
mis sentidos,
Porque son
los tuyos los que me hacen ser.
Subráyame en
el calendario
cualquier
tropiezo,
cualquier
vigilia.
Sopésame,
evalúame,
distíngueme
con tus peripecias
y dime, dime lo que tengo que hacer.
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