Hallábase ella tumbada
en la alfombra rosa de la dicha,
en sus manos su aliada de aventuras y
secretos,
y los Reyes Magos, su ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra verde de la dicha,
en sus manos hojas de secretos y
desvaríos.
Trazos de acupuntura que dejan huella
en su corazón
que dejan huella en su ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra roja de la dicha,
en sus manos un gran corazón en la
carta amada,
mirando fijamente el cielo de su
habitación,
poemas repletos de ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra amarilla de la dicha,
junto a ella su amor entre besos y
abrazos,
uno, indivisos y completos de la luz
son,
besos y abrazos de la ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra celeste de la dicha,
reclamando su mirada, llamando su
atención,
miradas unísonas de ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra azul de la dicha,
junto a ella su amor entre besos y
abrazos,
uno, indivisos y completos de la luz
son,
besos y abrazos de la ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra blanca de la dicha,
las manos grietas, el amor sereno y
vivido,
sujetos los brazos maduros de la
creación,
pensamientos inconsistentes de la
ilusión.
Hallábase ella tumbada
en la alfombra negra de la dicha,
los brazos cruzados, las piernas prietas,
los ojos yertos de la obscuración,
perdida la porfidia de la ilusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario