No, abuela. No, abuelo.
No arrugues más tus manos.
Queremos que nos abraces,
que nos acaricies.
Estamos aquí gritándote,
queriéndote en tus lamentos,
en tus alegrías,
en tus razones,
en tus motivos,
en tus descontentos.
y cuando no los haya.
Te damos las manos adonde vayas,
abrázanos, danos tus besos apretaos.
¡Que necesitamos la vida!
¡Que necesitamos tu vida!,
tu ilusión, tu cariño.
Porque andamos indefensos como niños,
porque necesitamos tu consuelo,
necesitamos esperanza, abuelo,
necesitamos tus alabanzas, abuela,
y como pájaros alzar el vuelo.
¡Manejad vuestras velas de la experiencia!
Pero con nosotros a bordo de tu barco.
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