jueves, 4 de noviembre de 2021

RATAS

Ratas,

entre un muñeco de peluche

y una vida,

tal vez dos.

Ratas,

inhumanas ratas

en la miseria errada

que te acompaña,

absolument,

plein de matin,

tu mañana

sin mañana,

pas du tout,

jamais

personne ne te regarde,

y suena mi voz,

mi lamento con tu rata.

 

Ratas,

entre un muñeco de peluche

y una vida.

Si quieres verme,

búscame entre ellas.

Si quieres buscarme

puedes verme entre ellas.

 

Mis manos vacías,

mis ojos vacíos

ya no miran  más que ratas,

ratas, más ratas.

 

Ratas

entre un muñeco de peluche

y una vida.

 

Y mis manos vacías,

mis ojos vacíos,

ya no miran la vida,

tu vida.

¡Ratas!

 

Mis cuencas

son ratas que te quieren.

¡Ratas!

 

La vida se te escapa

entre insufribles ratas.

Grandes, grises, enérgicas

Ratas.

 

Ratas

entre un muñeco de peluche

y una vida.

 

En un carpe diem

terriblemente imperecedero,

que perece lúgubre

en las sombras del tiempo.

 

Ratas.

¡Qué mundo roedor

que es una rata con el humano!

 

Todo un cráneo soluble

en las miserias del día,

nuestras miserias,

y una mano extendida

demandando una partida.

Todo un hormigueo de colores

avanzando con sudores

lentamente, sin entusiasmo,

explotando el combustible

de sus vientres en quejumbre,

sed de prisa aliviada, inacabada.

 

Hay ratas en París,

hay espíritus en París ,

en aquella cloaca de la vida,

en aquel amasijo de seres,

en aquel enjambre,

en aquella maraña

entretejida en el devenir.

 

Rien ne va plus.

Hay ratas en París.

Ratas

entre un muñeco de peluche

y una vida.

Ratatouille dejó de ser muñeco

en aquel enjambre…

de ratas.



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