martes, 7 de octubre de 2014

MI MANO SOBRE TU PECHO


Mi mano sobre tu pecho

abduce el encuentro en la noche

como apretado en su suavidad,

deshechas las pieles en piel única,

el sutil estremecimiento de su túnica,

encrespado para mis dedos,

la cima abierta acercándose

a mis labios de calidez máxima.

 

Mi mano sobre tu pecho

y lamiendo en rítmico lecho,

deleitándome de brisas marinas

en una explosión de sabores,

un místico piropo para mis labios,

un manantial de lluvia fresca,

en la oscuridad de la tersa madrugada,

calcando cada instante del sueño.

 

Mi mano sobre tu pecho,

firme, curiosa, lasciva,

sobre la firme figura del desierto,

ardientemente volitivo,

duna pertinentemente sensual,

aliviadamente polvoriento,

buscando la ingravidez del aliento.

 

Mi mano sobre tu pecho,

febril y hechizado,

domina el mundo en su reino,

recoge estrellas en el mar,

que bebo sorbo a sorbo,

como un café aromático y febril.

 

Mi mano sobre tu pecho,

rodeo el umbral de tus sentidos,

sueño ansiosamente en vivo,

resurjo de tus venas

para aclamar la pasión sin pena,

subiendo peldaño a peldaño

toda la vida de una noche en vela.

 

Miro tus ojos, verdes y verdes,

y se me estremece la voz nocturna

en cada uno de los rincones

abiertos a la vida de mi corazón.

Que quiero reposar los besos

delicadamente en tu pecho,

ya moldeando la historia

en un reloj de arena

con los ojos plenos de memoria.

 

Mi mano sobre tu pecho,

delicadamente paciente,

y la otra envuelta en celo…

asomada e impaciente.


2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Tu mano,
poesía en estado puro.

Amor licuado,
fantasía desbordante
marcada en dedos cuando me acaricias.

Te quiero, mi vida.

Paco Velázquez dijo...

Bellas palabras en la trascendencia del amor.