Cáceres de
piedra esdrújula
y tejados de
poesía.
Calles de
profunda soltura
compartiendo
copas de vino rojo,
de vino de
la tierra,
pero sin
tierra en la uva.
Tensando el
cielo
para que no
llueva.
Al son de
una guitarra
que a
nuestras almas
caliente se
agarra,
y que entre
los versos vuela.
Cáceres
crujiendo para amarse,
calzando su
luz hasta encontrarse.
A
conquistarte nos lanzamos
y tu sonrisa
abierta divinizó.
Cáceres de
angosta parsimonia
que avanza
hacia sus fronteras
redoblando
genialidades y placeres
cada esquina
tejida de piedra tersa,
por donde
nuestros versos
treparon
hiedra a hiedra.
Cáceres, en
verso proclama,
renaciendo
por donde asoma,
brota
luminiscente entre las lomas,
y crece vívida entre las llamas.
1 comentario:
Mágico y entrañable.
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