ante el espejo.
No des un paso más,
ráscate hasta ensangrentarte
las sienes.
Lucha, lucha,
y grita, grita en un coro:
en guardia, toreador.
destroza en mil pedazos
el espejo de la discordia…
¡ni malos augurios!
Pisotea los trozos pequeños
hasta deshacerlos en polvo,
deposítalos luego
en el alféizar de los sueños
y el viento lo pierda
en el pasado infiel.
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