jueves, 15 de octubre de 2009

EN LAS RÍSPIDAS MANOS DE NÉMESIS

En la arritmia del día
henchido…
te hallé
encrucijada,
enfrentados vida y muerte,
te hallé
horizonte lívido,
te hallé,
venganza,
mas no justicia.

Plena de adulación,
futil y quejumbrosa,
la equidad
se abre paso
entre la maleza,
entre la rectitud…
cabizbajo,
que no justicia…
mas venganza…

Sin violencia,
te contemplo y te insulto…
mas no renuncio
a arrodillarme
entre tus ojos…
enajenados mentalmente.

Que hallo errante la curia
en las ríspidas manos de Némesis,
plena de ira
desafiante,
desfacedora de entuertos.
¡Voz!

Seductora de la noche ciega,
de la noche inquieta
de luna nueva…
silente…
en paz…
calma Selena sin luz…

Átropos te adulará
despierta, sin fronteras,
anciana dorada,
parca negritud del todo.