viernes, 7 de mayo de 2010

LECTURAS INDOCENTES EN PATERNA

El viernes 7 de mayo, con motivo de la Semana Cultural de Paterna, nos hemos reunido un completo grupo de Indocentes en diferentes centros de la localidad: EEI. El Llano, C.Pr. Perafán de Ribera y Casa de la Cultura (para el alumnado de E.S.O.).
Ha sido una jornada muy emotiva, en la que hicimos un homenaje a Miguel Hernández, leyendo poemas suyos, e incluso nos atrevimos a cantar, acompañados al saxo de Benito Gallardo.
Allí estuvimos Juan Rincón, José Aurelio Martín, Jorge Garrido, José Luis Pavón, Narciso Lara y Paco Velázquez, acompañados al saxo por nuestro amigo Benito Gallardo. A la cita faltó Raquel Zarazaga, que ha pasado unos días enferma.

Iniciamos nuestra singladura con un público difícil... ¡220 niños y niñas de 3 a5 años! A continuación podemos leer un poema de Jorge Garrido dedicado a dicha lectura...
























NO ESTANDO POR LA LABOR

Y el mundo se te hundirá…
Que te faltarán palabras.
Te sobrará cuanto digas,
ninguna mirada amiga
será aliada ese inst
ante
cuando entre el caos reinante
pretendas alzar la voz,
cada intento irá a peor,
modulándola despacio,
gesticulando tus brazos
o prometiendo un tesoro,
el hormiguero hace coro
de disonante desplante…

¿Algo amansará a estas fieras?

¡Pues sí! Y el poema odiado
entono en modo cantado
cuando recuerdo el refrán;
la melodía, da igual,
que aquella chiquillería
al menos atendería
hasta dejarme acabar.
Y todo, por el tormento
de incrustarles un poema
viviendo ellos del cuento
y no de lírica escena.
Pretender tal osadía
trae como causa elocuente
lo que el juez, tiempo presente,
de pena me mandaría.
Ya sabes para otra vez:
No recites, ¡cántales!
¡O cuéntales!




Jorge Garrido

miércoles, 5 de mayo de 2010

PARA SUBIR, HERMANA

Para subir, hermana,
al fin has subido
al celeste.
Y encuentras
un cúmulo de nubes grises
tu día soleado.
Mas si las hallas
zarandea,
zarandéalas,
vergonzantes…
Porque tú tienes la luz,
tienes ese vigoroso fragor…
tienes mucho amor.

Zarandea las pérfidas nubes
y rieguen tus incólumes campos
de lluvia fresca.

Mírame, hermana,
toma mis manos
y acaricia el tiempo
que nos queda,
para guiar la brisa
hacia tu corazón…
de luz…
Porque, por tener,
ya te tienes tú,
ya es tu hora,
ya va siendo hora.
Mira el reloj,
mira la hora,
escudriña el tiempo.
Es tu hora.
Sacúdete
El corazón henchido
y llénalo de vida,
de tu vida.