domingo, 23 de noviembre de 2008

A MI HERMANA


La vida sigue, es inevitable, tropieza, cae y se levanta, tropieza, cae y se levanta, y así el eco de nuestros días fluye cual riachuelo en su libre recorrido por zonas escarpadas y terreno abrupto, abriéndose camino como puede, armándose de paciencia, liberándose a cada paso y exhalando e insuflándose nuevos bríos, para afrontar las nuevas sensaciones que nos esperan tras las cortinas de un nuevo día.

1 comentario:

ana dijo...

Gracias por estar siempre cuando te necesito,gracias por quererme tanto , gracias por animarme a seguir luchando y gracias por escribirme ese poesia que nunca voy a olvidar.TE QUIERO MUCHO.