sábado, 12 de mayo de 2012

PARA MI MADRE

Aquí está el poema que le escribí a mi madre y le entregué, hace cuatro años, el día de la madre, en plena enfermedad.
Fue lo último que le pude llevar y leer, en un banco de la plaza Candelaria...


¡MAMÁ, MAMÁ!



¡Mamá, mamá!

¡Cuántas cosas he de decirte, mamá!

¡Cuánto te quiero!

No llores, no llores más.


Que cada lágrima

golpea en mi corazón

como las gotas de lluvia

en la arena de la playa desierta

una tarde de otoño.

Quiero que vuelvas a reírte,

reírte conmigo,

quiero hacerte sonreír

e iluminar tu cara

como el sol aclara el espejo marino

y el oleaje salino

de nuestro cálido océano.

Vente conmigo al verde natural,

que torne tu voz quebrada

en el olor a tierra mojada

por el dolor de tu costado,


por la lluvia tenue de mi cariño.

Quiero besar de nuevo tu suave cara,

apretarme en abrazo como niño,

y desaparecer entre tus piernas

para jugar a las escondidas,

hasta que de un guiño

me llames para darme un beso.

¡Mamá, mamá…!


¡venga, ríete!

¡Acaríciame,

acurrúcame en tu pecho

de madre sabia y hermosa!

¡Mamá, mamá!

¡cuántas cosas he de decirte, mamá!

¡Cuánto te quiero!


No llores, no llores más.

¡Te quiero!


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