martes, 12 de febrero de 2019

NI QUITO NI PONGO


Me podréis decir que soy un soñador,
podréis alegar que soy un vividor,
que mi toma de ser es romántica,
que soy un risueño idealista,
que me subo al tren de la vida,
sin pararme en ninguna estación,
que me apunto a un bombardeo
y no mato ni a una hormiga,
ni a un hormigón,
porque mi humilde belicosidad
se perdió en una infancia sin maldad.

Que de la existencia mucho espero
y que aún en la utopía no desespero.
Que escribo y vivo sin un pero,
gaditaneando sin ser gadita,
Y mi alma, siempre expedita,
se optimiza entre el viento de los días
entre los lugares de los sueños,
y los sueños, sueños son,
con ton y son,
porque mis sueños son vida,
y mi vida una ilusión.

Y ni quito, ni pongo,
de lo que siempre dispongo.
Y ni pongo ni quito
en el ecuador de mi vida,
porque me rebelo, rebelando,
y en nocturno, divagando.

Y ni quito, ni pongo,
de lo que viviendo dispongo.
Y ni pongo, ni quito
de todo lo que admito,
a lo largo de mi vida,
la fuente siempre a la brecha
y mi madurez con ella se pertrecha.

Y ni quito, ni pongo,
de lo que encuentro y dispongo.
Y ni pongo, ni quito
pues la poesía es un rito,
que la luz del mar me enseña
una vida febril y risueña.



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