domingo, 29 de marzo de 2020

LA VIDA PARA DAR VIDA


El aire fresco se prende en mi cara,
reconfortando de besos mis mejillas,
haciéndome partícipe de la primavera.
Los aromas a azahar me atrapan,
seducen mi olfato recreándose
en cada miligramo de polen,
en cada centímetro de pétalo,
en cada conjetura de color…
Y dejé de buscar El Dorado
al encontrar tus versos de floración.
¡Oh, primavera transgresora
que en ti se alía para acompañarme!
¡Oh, bello goce de luz y color
que en mis pupilas se acomodan!
¡Oh, cántico enamorado aligerando el día,
de música y cándida sabiduría!

Y de repente surge una flor,
y su misterio perpetra el infinito.
Y de repente explota el color,
el olor me corteja expedito.

Y yo adquiero los mimbres de un nuevo día.
Y yo asumo que voy a vivir
apacentando las luces del sol,
mis divertidas miradas y su calor
que logran mis pies caminar
y mis serenos ojos sentir…

¡Oh, sentir, sentir, sentir!
Sentir para vivir.
Sentir para tener.
Sentir para elegir.
Sentir para ser.

Y las almas de la naturaleza
suenan en el rocío inquieto,
en la brisa que, delicada, te presume,
y el agua se hace dios
en todo su verdor.
Y ya nada lastima al arroyo
que se debate entre vagabundear
y tomar la tranquilidad del estanque.
Todo agua, forcejeando las piedras,
asomándose al vacío del recodo,
recibiendo el beso eterno de las hojas,
acristalándose en sinfonía libre,
límpidamente, sola,
absorbiendo la vida para dar vida.



¡Oh, sentir, sentir, sentir!
¡Qué regocijo del alma sentir!
Sentir para vivir.
Sentir para tener.
Sentir para elegir.
Sentir para ser.

Y revolotear las luces del amanecer
perpetrando el sol dorado,
hasta yacer en sus entrañas.
Que ya puede enamorarme,
que ya puede crear fragancias.



Me asomo a su escondrijo
que torpemente lanza luciérnagas
al silencio de su orilla,
bailando reductos incontenidos,
ondea, me fascina, me seduce,
y la eterna primavera luce
en el escenario, con su música…
¡La vida para dar vida!
¡Sentir para ser!



2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Ser, para sentir el amor a la vida en primavera que renace, aún a pesar de cerrar la puerta en confinamiento insólito que hizo parar el reloj.

Paco Velázquez dijo...

La incomprensión de la Humanidad. Gracias, amor, te quiero.