El pasado 19 de diciembre, el Grupo Literario Oliversando al que pertenezco participó en un recitan poético navideño, al mismo tiempo que recogía productos para el banco de alimentos.
Fue organizado por la A.VV. Arco del Consuelo en el Patronato Municipal de Asuntos Sociales, en la calle Cerón.
Allí recité los poemas "Anclado en el olvido también en Navidad" y "Duérmete niño", y el relato "El auténtico misterio de la Navidad". El primero dice así:
Cuan rompedor y trágico es el olvido…
No me llames, aun en mi errar,
pues errante quedo entre luces
festivas
por los inhóspitos parajes sin
destino.
Callejuelas cerradas y ásperas,
de duro adoquinado,
en simples zapatillas,
que me hallan desnudo,
pasos de pústulo rumbo
que me golpean de monotonía,
tan solo adulterada por músicas
festivas.
Y tú, me encuentras cerrado,
compungido y pobre,
y yo, te tropiezo sin abertura,
sin una mísera apertura
a tu mundo pulcro y festivo.
Y me pudro solo.
Solo, solitario, soledad.
Palabras que me llenan de dudas el
corazón,
que claman tu atención,
que me mires entre los regalos que
portas
para hacerte feliz,
esa felicidad indigna y festiva.
Miedo, terror, temor, pavor.
Sentimientos de día tras día,
de noches con noches,
mi calle es mi cárcel,
mi luz es mi sombra,
mi sombra, mi figura,
mientras clamas al cielo
tu figura límpida y festiva.
Cárcel, sombra, negrura.
No me llames más,
soledad y olvido…
En el vórtice de mi ansiedad
te lanzo mis lívidas miradas,
te ofrezco mi voz como hermano,
carezco de otra cosa,
solo toma mis manos y mi voz,
y deséame, ¡Feliz Navidad!
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