domingo, 23 de noviembre de 2025

EN EL DINTEL DE MI PUERTA


Todo el sol
 de su mirada

tiene hoy su tarde,

plenamente,

en el horizonte vacuo

de la humanidad.

Y las lágrimas del día

expiran cristalinamente frágiles,

como salinas vaporosas

en sus verdes ojos de creación,

de una ingente lucidez,

en miríadas de estrellas relucientes,

cual cálidas gotas de rocío

en la reluciente tela de araña.

 

Mas, cuando la nieve entorpezca

el dintel de mi puerta

y ella de herrumbre

permanezca inquietamente

febril en su alma,

y el corazón encallecido

se enfríe por la nevazón,

su calor atenuará

mi mente quebradiza,

y toda la humanidad percibirá

su ser espléndido,

y me adormeceré

dulcemente en su brazos.