miércoles, 5 de enero de 2011

DÍA DE REYES

Con la expectación de unos ojos abiertos, bien abiertos, chinos, más chinos que nunca, mi hija ha despertado hoy… ¡Papi, esta noche…! ¡Esta noche los Reyes…! He soñado con la cabalgata, me dice sonriente.

Y preparamos todo para ir a ver la cabalgata…Papi, vamos a coger una bolsa para los caramelos, que no nos van a caber en los bolsillos.

La mañana avanza tranquilamente. Pero, a partir del almuerzo todo se precipita vertiginosamente. ¡Vamos, rápido, que ya sale la cabalgata! ¿A qué hora sale? Creo que a las cinco (siempre sale a esa hora, no sé ni para qué pregunto), mira el diario. Sí, a las cinco. Y mira por dónde pasa?

Apresuradamente, abrimos la tarde sin más demora.

Hoy, sí, llegó el día. ¡La cabalgata! Nos ponemos aquí mismo.

Ya viene, veo a la policía, las luces, las sirenas… ¡los nervios!

Melchor… ¡tira caramelos!… ¡Aquíiiiiiiiii! Todos a agacharse, de limón, fresa, naranja…

Gaspar… ¡caramelos! ¡Aquíiiiiiii! Ya tengo muchos, papá.

Y ahora viene Baltasar, venga, verás como es quien más tira (no sé por qué será que este último es quien más echa, será mi ancestral impresión)… ¡mira cuántos! Y uno tras otro a coger, a recoger los caramelos… bolsillos llenos, bolsa llena, manos pegajosas… suelo repleto de caramelos rotos y caminar, caminar mientras pisas y pisas y te pegas…de vuelta a casa…

Hay que acostarse temprano, cenar pronto y a la cama. Y no hay sueño que valga, todo se demora. Venga, que a ver si van a venir pronto los Reyes y van a pasar de largo porque aún estás despierta. Que los Reyes te están viendo..., ¡pórtate bien! (no han parado de repetírselo mil y una vez en las últimas semanas).

Y los Reyes esperando, más cansados que nunca a que se haga el silencio en la cama, y se oye algo todavía, un murmullo, me asomo, paso disimuladamente, aún se mueve, todavía parece que no duerme. Venga, mi niña, mi princesita, que si no duermes no van a venir los Reyes… es que…, es que…venga, duérmete, cierra los ojitos y verás como te duermes…

Parece que hay calma ya, creo que se ha rendido al sueño, o el aburrimiento al fin ha podido al nerviosismo.

Y los Reyes preparan las bolsas, un cargamento de bolsas, de regalos, de juguetes, de sorpresas… (cuando era pequeño, lo que más me gustaban eran las sorpresas… pocos regalos me traían de los que pedía… pero toda la ilusión de mis peticiones era superada por las sorpresas… ¡cuánto me atraían! Esas sorpresas que los Reyes se encargaban de buscar y rebuscar entre todo un repertorio de posibilidades).

Y ahora, mi hija, rememorando mis viejas ilusiones… pide, sobre todo y ante todo… ¡Sorpresas! ¡Quiero que los Reyes me traigan sorpresas! Y los Reyes, seguro que buscan y rebuscan entre una espectacular montaña, una maraña de abalorios, juguetes y cachivaches… hasta encontrar las que más puedan gustar y entusiasmar a mi princesita oriental.

Y los Reyes ya preparan todo, en sigilo (bueno, algún que otro ruido se oye en el silencio de los sueños de mi niña)… chiiiii, que se va a despertar… se oye el susurro de no sé qué rey… unas bolsas, algún golpe, algo que se cae… ¡y cómo inflan e inflan los globos! ¡la boca ya les duele! ¡uy, se explota uno! Cierran la puerta del salón, llenan los zapatos de caramelos, ¡ah, los calcetines de la competencia roja… Toman algo, para reponerse… están cansados…

Y depositan y clasifican… ¡encima tienen que calentarse la cabeza repartiendo, ordenando y dando un toque decorativo al salón! ¡Y además… montan las piezas de algún juguete! ¡Cómo se entretienen, cuánta paciencia tienen los Reyes, cuánta ilusión de ver esas caras al amanecer! Ahora esta pieza va ahí, asegura uno de ellos; que no, te equivocas… ¿y estás pegatinas? Espera, espera a que ponga esta pieza que no encaja. ¿Seguro que va ahí? A ver, ¿dónde están las instrucciones? Pero aquí vienen en inglés, en francés, alemán… ¿dónde están en español?, tailandés, rumano, polaco, ¡chino!... ah, por detrás estaban en español. Mira, ¿ves? Este número, aquí, aquí va. Venga, aligera, que después hay que poner las pegatinas…

El tiempo pasa, ¡uf, qué tarde es! Y la magia de los Reyes lo puede todo, que todo surge entre sus dedos con la vida que les da su vida.

Ya parece que todo está listo. Un toque final lo ponen las chocolatinas y chucherías… Reyes y Papá Noel de chocolate, caramelos de mil y una formas y envoltorios… Venga, vamos a descansar, suspiran los Reyes…

Y con la ilusión reforzada descansan, resuellan… suspiran.

De repente… el sueño se interrumpe, suena el teléfono… es mi sobrina, ¿todavía dormidos? ¿Qué hora es? ¿Qué han puesto los Reyes? Todavía duerme, mi niña…

Mas al poco tiempo… ¡Mami, papi! ¡Uy, los Reyes! ¿Habrán venido? El pasillo se hace eterno hasta llegar a nuestro destino… la puerta se abre despacio… el tiempo se hace instantáneo… ¡Uy, cuántas cosas!

Y ya se desata la algarabía. No sabe dónde acudir… Y suena y resuena el teléfono… ¡cuántas cosas! ¿Qué te han puesto? ¡Muchas cosas!

A mi princesita le han dejado muchas cosas, muchas… pero, sobre todo, la ilusión, un año más… la ilusión de una tradición, de un día único, irrepetible… ¡LA ILUSIÓN!

3 comentarios:

Balovega dijo...

Linda noche aunque movidita...

Baltasar ha sido pillado cruzando en patera el estrecho, Gaspar detenido en un control de alcoholemia de la Guardia Civil y Melchor está de luna de miel por su reciente boda gay con uno de sus pajes… Los tiempos cambian pero los deseos son siempre los mismos: FELIZ AÑO 2011.

Muakksss

MARISOL dijo...

QUE DIVERTIDO, ESO ES LO BUENO DE SER PADRE TARDÍO. NO HE PODIDO LLAMARTE PARA VERNOS, PERO PROMETO QUE EN EL PROXIMO VIAJE QUEDAMOS. BESOS Y SIGUE DISFRUTANDO DE TU PRINCESA

Virginia dijo...

Hasta nerviosa me pongo al leerlo y recupero toda la energia que me transmite dia tan especial.