domingo, 20 de mayo de 2018

CATEDRAL DE JAÉN


CATEDRAL DE JAÉN

Luciérnaga que se viera,
del bosque humano emergiera
revoloteando entre sutiles
de luces nocturnas enjambres miles.

Oh, tú, bella amapola dorada
entre alfombras de olivares verdes,
majestuosa e incólume aclamada,
cual sílfide de grácil aleteo,
encandilando el azul de tu Prometeo
tremulando las velas en la noche,
vibrando de oraciones latentes
y golosas miradas sin derroche.

Oh, tú, de semblante firme, dios,
esbelta en la tallada sierra,
hermosa pléyade silente
de la virtud del día en la tierra
en mágica joya iridiscente.
¡Oh, tú, catedral  del sol!




2 comentarios:

Lola Fontecha dijo...

Gracias amor por este hermoso poema a la Catedral de Jaén.

Paco Velázquez dijo...

Se merece todos los piropos.